Este albariño pertenece al grupo de vinos Avanteselecta, del que ya hablé en su día cuando presenté Óbalo y que tiene excelentes vinos repartidos por toda la península. Es un blanco especial, por el hecho de que fermenta íntegramente en barricas de roble francés durante siete meses, tal y como se hacía antiguamente con los vinos blancos de este país. De color amarillo brillante. Aroma a fruta escarchada, complejo, fresco y elegante. En boca es sedoso, sin aristas, fresco y amplio. El paso por barrica lo dulcifica y le resta acidez. Toques de madera ahumada. Muy, pero que muy elegante. De los mejores blancos que he probado.
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