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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Recomendación: Brunus 2012

Portal de Montsant es una emergente bodega, nacida en el año 2003 y se destaca por trabajar con variedades autóctonas de la zona, como son la cariñena y la garnacha. La variedad de vinos que producen son: sutiles, fragantes y complejos. La zona donde se producen estos vinos, Montsant, está dividida en pequeñas parcelas o crus de gran calidad y con variedad de suelos de diferente composición, orientación y latitud lo que hace que los viñedos gocen de una marcada personalidad. A esto hay que añadir la antigüedad de la cepas que hace que los rendimientos sean bajos pero de gran calidad. El vino de hoy toma el nombre del fundador de la orden monástica de los monjes cartujanos, Sant Bruno de Colonia, presentes en la comarca del priorato desde 1194 e impulsores del cultivo del viñedo. Ensamblaje de cariñena, garnacha y syrah que permanece 10 meses en barricas de roble francés y americano. De color cereza y borde granate. Limpio y brillante. Con lágrima. Aroma a frutillos rojos, roble cremoso, suaves tostados, punto goloso. En boca es frutoso, sabroso, fruta roja, arándanos, balsámico, equilibrado. Largo y agradable postgusto. Fino y elegante.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Lindes de Remelluri 2012: Viñedos de Labastida VS Viñedos de San Vicente de la Sonsierra

Hablar de Remelluri es hablar de una de las bodegas icónicas de Rioja Alavesa. El origen de esta bodega se pierde en la noche de los tiempos y data por allá del siglo X. Posteriormente, los monjes jerónimos se asientan en estas tierras creando una granja, a los pies del Toloño, donde trabajan sus cultivos protegidos de: vientos, lluvias y heladas, por esa barrera natural que es la Sierra de Cantabria. Una vez hecha un poco de historia, hay que decir que detrás de esta bodega se encuentra Telmo Rogríguez, incansable enológo, que con estos vinos quiere tributar un homenaje a las familias que históricamente suministran uva a la bodega. Las parcelas que lindan con la propiedad de la finca de Remelluri pertenecen a dos de los municipios vinícolas por excelencia: Labastida y San Vicente de la Sonsierra. Ensamblados con las mismas variedades de uva: tempranillo, garnacha y graciano y que permanecen el mismo tiempo en barrica de roble francés, aproximádamente 10 meses. Viñedos de Labastida tiene un color cereza con borde granate, el otro con ribete violáceo. El primero es fruta roja y el segundo fruta negra. Labastida tiene más notas florales y el de San Vicente más recuerdos a regaliz. Ambos poseen un cierto punto goloso y balsámico, son equilibrados. El de San Vicente deja un fino amargor final. Labastida es redondo. San Vicente es más riojano. Ambos grandes vinos. Muestra de cómo el terroir influye en el resultado final de un vino. Difícil decisión.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Recomendación: The Flower and the Bee 20115

Este vino blanco, acogido a la DO Ribeiro, está elaborado por Coto de Gomariz y es toda una declaración de intenciones, desde la etiqueta hasta lo que hay dentro de la botella. Esta bodega posee 28 hectáreas de viñedo repartidas en 40 parcelas diferentes, las cuales fueron proyectadas según la tipología de suelo. Trabajan un tipo de viticultura cercana a la biodinámica y a la ecológica, utilizando productos naturales más como abono que como antiséptico. Este vino es un monovarietal de treixadura que descansa en depósitos durante 7 meses. De color amarillo con reflejos dorados. Limpio y brillante. Aroma fresco, pera, manzana, recuerdos cítricos y de flores blancas. En boca es ligero, fresco, ligeramente dulce, ciertos recuerdos salinos, tacto graso, equilibrado. Un blanco desenfadado para triunfar en estas fechas tan señaladas.

Recomendación: A mi manera 2016

Quinta añada del vino más directo y fresco que realiza Benjamín Romeo (Bodega Contador) y es fiel reflejo del amor por la tierra, el clima y el suelo que su artífice siente por su Sonsierra riojana. Las etiquetas son realizadas por su hijo Andrés y cada año son diferentes. Para este 2016 rinden  homenaje a "Chilu", transportista colaborador de la bodega, que dejó este mundo recientemente. Monovarietal de la variedad tempranillo y elaborado mediante el método de maceración carbónica, pero siempre haciéndolo "a su manera". Bien es sabido que Benjamín cuida hasta el más mínimo detalle en todas sus elaboraciones y en este vino, aun siendo el más joven de la casa, no queda nada al azar. Selección en campo y en bodega de uvas procedentes de suelos pobres pero de excelente calidad. De color picota y borde cardenalicio. Aroma a fruta roja, fresas, frambuesas, arándanos, intenso en nariz, pétalos de rosa, regaliz y fondo de notas lácticas. En boca es fresco, sabroso, jugoso, intenso, se mastica la fruta, aterciopelado. Da pena que se acabe. Si el propio Benjamín estaba orgulloso de la añada del 2015, con este 2016 ha tocado el cielo.