Ya hablamos hace no mucho tiempo de Juan Carlos López de Lacalle, este visionario del mundo del vino que todo lo que toca lo convierte en delicia para los sentidos. Si algo caracteriza a sus vinos es la concentración y potencia frutal. Después de afianzar su proyecto en Rioja Alavesa, inicia su andadura en 1996 por tierras Navarras con la bodega Artazu y su pasión por la garnacha Atlántica. Bajo esta bodega produce dos tintos con esta variedad: Santa Cruz de Artazu y Pasos de San Martín. De este último os presento su segunda añada, un monovarietal de garnacha que ha permanecido 12 meses en barrica. De color rubí con cierto ribete violáceo. Limpio y brillante. De media capa. Aroma a fruta roja, frambuesas, monte bajo, mineral, violetas y ligeros toques mentolados. En boca es fresco, frutoso, balsámico, equilibrado, sedoso y envolvente. Invita a seguir y seguir bebiendo. Hacía tiempo que un vino no me cautivaba tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario