Recomendación: Altos de San Esteban 2011

Altos de San Esteban es un pequeño proyecto vinícola, formado por un grupo heterogéneo de personas que maduraron su idea de crear un viñedo cuando estaban en la universidad, con el único fin de reunirse para elaborar un vino artesano con el que disfrutar y divertirse. Están dentro del Bierzo, pero salen al mercado como vino de la tierra de Castilla y León ya que algún genio trazó el límite de la D.O. del Bierzo a escasos 50 metros de sus viñas. Plantaron 3 hectáreas de viñedos de: mencía, cabernet sauvignon y merlot. Son viñedos de altura (800 metros), bien expuestos y ventilados que maduran muy lentamente. Tanto en la viña como en bodega se trabaja de una manera manual y tradicional, nada intervencionista, buscando en sus vinos la máxima expresión del paisaje, sus suelos y sus viñedos. Este vino está elaborado con un 85% de mencía, 10% cabernet sauvignon y 5% merlot. Permanece 15 meses en barricas de roble francés de 500 y 225 litros. De color picota, muy cubierto. Abundante lágrima. Aroma a fruta roja, fruta madura, fruta confitada, compota, roble cremoso, punto especiado a pimienta. En boca es potente, sabroso, carnoso, estructurado, mentolado, tostado, cremoso, taninos maduros. Largo. Una pequeña joya que te encuentras de vez en cuando. Exquisito.

Recomendación: Sótil 2013

Bárbara Mesquida Mora es una joven inquieta que proviene de una familia bodeguera y que junto con su hermano decide, en el 2012, fundar su propia bodega para crear su proyecto personal. Sus dos apellidos conforman el nombre de la bodega. Aboga por una viticultura biodinámica, ya que después de observar durante tres años las viñas familiares que se habían gestionado con fertilizantes químicos llega a la conclusión que, añada tras añada, los vinos eran muy homogéneos. La agricultura ecológica no era suficiente y pasaron a gestionar el viñedo utilizando preparados del compost y extractos de plantas. Todas las viñas están certificadas con Demeter. Se propicia una maduración natural de la uva y el cariño, la paciencia y el amor a cada mínimo detalle se hace patente en sus vinos. Monovarietal de la variedad autóctona mallorquina callet que procede de viñedos de más de 50 años y que permanece en barricas de roble francés de primer año.  Color cereza, ribete cardenalicio. Brillante. Con lágrima. Aroma embriagador a fruta roja fresca, floral, hierbas silvestres, roble cremoso. En boca es fresco, frutoso, palote de fresa, goloso, complejo, taninos maduros, equilibrado, sutil. Muy sutil. Pura fruta. Muy fino. Esto me gusta....y mucho.

Recomendación: Lalama 2011

Lalama es un vino elegante, Atlántico y de estilo borgoñón. Procede de la Ribeira Sacra, un paisaje de bancales y escarpadas laderas con pendientes de gran desnivel que aportan a sus vinos un carácter inconfundible. En esta bodega, denominada Dominio do Bibei, cada cosecha se vive como si se tratase de la primera, es decir, con idéntica ilusión, idénticas expectativas e idéntico cariño. Las viñas de las que se nutre, tienen edades comprendidas entre los 15 y los 100 años y están situadas a una altitud entre los 300 y los 700 metros. 90% mencía y el resto lo complementan las variedades: brancellao, mouratón, souson y garnacha. La vendimia se realiza de forma manual, en cajas de 10 kg. Cada variedad se vendimia por separado. Se realiza una primera selección de racimos en el viñedo y una segunda en bodega. La uva se despalilla y se selecciona grano a grano. Crianza de 13 meses en barricas de roble francés de varios usos y 7 meses adicionales en troncocónicos de roble francés. 16 meses en botella antes de salir al mercado. De color cereza, ligero borde violáceo. De media capa. Aroma a frutillos rojos, floral, violetas, monte bajo, fondo mineral. En boca es fresco, frutoso, ligero, fondo de litchi, naranja sanguina, puntito de acidez refrescante, fácil de beber. Para abrir una botella y disfrutar con cada sorbo. ¡Grande!

Recomendación: Dominio del Bendito Las Sabías 2012

La bodega Dominio del Bendito nació en el 2004 de la mano de Antony Terryn, un joven francés que buscaba durante tiempo un gran viñedo que le permitiera elaborar vinos de gran personalidad. Viajó por Chile, Portugal, Estados Unidos y Francia pero encontró su sueño en la tierra de Toro. Se considera un auténtico vigneron y elabora vinos puramente artesanales y ecológicos, es decir, con la mínima intervención de maquinaria y sin el uso de pesticidas ni herbicidas y sin abonos químicos, sólo estiércol y cuando es necesario. Su filosofía consiste en preparar las uvas, lo más honestamente posible, para luego transformarlas en la bodega. Desde su inicio ha ido adquiriendo viñedos y hoy cuenta con unas 13 hectáreas de viñedos de más de 45 años, algunos de ellos prefiloxéricos. Todas las labores de campo se realizan manualmente, desde la poda hasta la recolección de las uvas y en bodega los remontados y bazuqueos también se hacen a mano. El vino de hoy descansa durante 16 meses en barricas de roble francés. De color picota. Limpio y brillante. Con lágrima. Aroma a fruta roja, fruta madura, notas lácticas, especias dulces, fruta confitada. En boca es potente, frutoso, amargoso, taninos maduros, equilibrado, largo y agradable postgusto. Sus 15,5º apenas se notan. Su paso en botella lo encumbrará al olimpo. Magia en una botella.