Esta es la historia de Verónica Ortega, una joven e inquieta enóloga gaditana que tras un periplo de trabajo por diversas regiones como: Priorat, donde trabajó para Álvaro Palacios y Clos Erasmus; Borgoña y la zona del Ródano, decide instalarse en Valtuille de Abajo, en pleno corazón del Bierzo, ya que para ella la uva mencía es su preferida. Su trabajo en el viñedo es manual siguiendo los preceptos de la viticultura ecológica. Los vinos se elaboran artesanalmente, con fermentaciones espontáneas y cortas maceraciones. Se nutre principalmente de viñedos viejos de mencía aunque hay pequeños aportes de otras variedades autóctonas como: alicante bouschet, doña blanca o merenzao. Pero lo que tiene de particular y que más se está poniendo de moda es la crianza en ánforas de barro. Más en concreto, de los 8 meses de crianza, la mitad los pasa en barricas de roble francés y la otra mitad en ánforas de 800 litros. De color cereza, borde granate. Aroma a fruta roja, fruta fresca, palote de fresa, notas lácticas y fondo mineral. En boca es fresco, frutoso, fresa ácida, floral, violetas, equilibrado y con un fondo terroso que le aporta el ánfora. Fácil de beber. Fresco y natural.
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