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martes, 21 de febrero de 2017

Recomendación: Xérico 2015

Roberto Oliván, Tentenublo Wines. Ya he hablado en entradas anteriores sobre este personaje y cómo se las gasta con cada uno de los vinos que saca al mercado. Desde su línea básica "Tentenublo", tinto y  blanco, pasando por la más sofisticada "El Escondite del Ardacho" con tres vinos de sus correspondientes parcelas. Pero lo que llama poderosamente la atención es el carácter humilde y honesto de Roberto, que habiendo podido salir al extranjero, para completar su formación, decidió quedarse en su Viñaspre natal, una pedanía de Lanziego, en la zona oriental de la Sonsierra riojana, para continuar con la tradición familiar que se remonta a cuatro generaciones y de la que se siente muy orgulloso. Sus vinos son como él: honestos, sencillos pero que llegan al alma. Es una vuelta al pasado y a cómo sus antecesores entendían la viña y la tierra y es que las demás cosas son puro artificio. Hay que dejar que la tierra se exprese, actuar cuando lo demanda y no cuando el hombre lo decide. Solo así se consiguen vinos naturales o de aldea. Con Xérico quiere rendir un homenaje a su abuelo, que es el que aparece en la etiqueta y a aquellos vinos que se bebían en su casa, al vino de casa, el de todos los días. Elaborado con tempranillo y un pequeño aporte de viura que permanece 6 meses en barricas de roble francés. De color picota, ribete violáceo. Aroma a frutos rojos, intenso, frambuesas, arándanos, mucha uva. En boca es muy fresco, cierta aguja, acidez refrescante, sencillo, directo y de trago más que fácil. Un agradable retorno al pasado.

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