José Gil tras acabar sus estudios de enología
y pasar largas temporadas en Borgoña y Alemania, comenzó a trabajar en 2011,
con tan solo 20 años, en Bodegas Olmaza, la bodega propiedad de su padre, su tío
y su abuelo. Allí se impregnó del gusanillo del mundo de la viticultura y de la
elaboración de vinos. De ellos ha adquirido desde pequeño la pasión por el
trabajo bien hecho en el viñedo. En el año 2012 compró un pequeño calado en la
ladera del castillo de San Vicente de la Sonsierra para comenzar a hacer microvinificaciones
de sus parcelas. En la vendimia de 2016 es cuando empieza el proyecto José Gil
Vigneron con la ayuda de varios familiares. Su concepto y modelo de vinos se
encuentra en Borgoña, y ahora con 27 años y mucha modestia, ya que sabe que aún
le queda mucho por aprender, se ha lanzado a la consecución de una bonita meta:
crear vinos dignos de la tierra que lo vio nacer. Coupage de tempranillo,
garnacha y viura de viñedos de 45 años que permanece 12 meses en barricas de
roble de grano extrafino. De color picota, muy cubierto. Cierto ribete violáceo.
Aroma frutal, frutos del bosque, arándanos, moras, monte bajo, fondo mentolado
y terroso. En boca es frutoso, sabroso, equilibrado, fruta roja fresca,
redondo. Recuerdo a los vinos de pueblo. 92 puntos Tim Atkin. A seguirle la
pista porque dará que hablar.
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