El afamado viticultor alemán afincado en el
Priorat, Dominik Huber, que hace muy pocos días consiguió 100 puntos Parker por
Les Manyes 2016 (Terroir al Limit), nos presenta su nuevo proyecto en el
Montsant. Terroir Sense Fronteres es la revisitación a la tradición vinícola
secular del Montsant con cuatro vinos sensacionales llenos de frescura,
ligereza y gran acidez; vinos que llevan el cuchillo entre los dientes, que te
atrapan por su honestidad y ya no te sueltan. ¿Qué tienen de diferentes estos
vinos del Montsant de sus vecinos del Priorat? Básicamente que son vinos que no
conocen la madera ni de lejos, que se crían en depósitos de acero inoxidable y
cemento, y en vasijas de barro, y son muy ligeros y auténticos; ninguno
sobrepasa los 13 grados de alcohol. Para Huber, además de la verdad que debe
esconder cualquier vino que se precie, es decir, ser una fiel representación
del terruño y del clima de un lugar, tiene que ser un fiel aliado de la comida.
Los suelos de este paradisíaco viñedo de Montalts son de arcilla roja con capas
de yeso en lugar de la llicorella que alfombra las viñas de enfrente, en
Priorat. Como, además, hay menos estrés hídrico, los vinos se cosechan antes y
son más ligeros. Eso hace que su sensualidad y frescura sean sus señas de
identidad. Según Dominik, de los cuatro vinos que hace en Montsant, éste es el
de mejor relación calidad-precio. 100% garnacha cultivada a 700 metros de
altitud procedente de viñedos de entre 40 y 80 años que se cría durante 6 meses
en depósitos de cemento. De color rubí de baja capa. Aroma a fruta roja, fruta
fresca, fresas, frambuesas, floral de violetas. En boca es fresco, frutoso,
fruta roja, fino y elegante. De paso fluido y trago fácil. Borgoñón. Un auténtico
vinazo. 93 Parker.
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